Generalmente, utilizamos los términos cuperosis, eritrosis y rosácea de manera indistinta porque en esencia se refieren a lo mismo: rojez en la cara. Las diferencias son muy sutiles y además a veces coexiste la eritrosis, la cuperosis y la rosácea.
La eritrosis es rojez en la piel, generalmente nos referimos a la cara pero podría ser en cualquier zona del cuerpo. Puede aparecer y desaparecer y es típica de las personas blancas de piel con piel sensible: a la menor, se ponen rojas.
La cuperosis es una rojez más constante y que con frecuencia se acompaña de vasos de sangre dilatados que se ven de modo constante (teleangiectasas).
La rosácea es un término más amplio en el que además de la rojez de base puede haber lesiones inflamadas tipo grano rojo y de pus.
En los tres casos el problema de fondo es el mismo, la dilatación de los vasos de la piel. Y en los tres casos también aumenta con las comidas calientes, el alcohol o la exposición solar, y disminuye cuando estas circunstancias desaparecen.
Es más fácil tratar la parte inflamatoria de la rosácea que la parte plana, esa que llamamos también eritrosis o cuperosis, porque es difícil resolver el aumento de vasos de sangre en la piel. NO obstante, algunas cremas pueden disminuir la rojez o al menos disimularla